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La Caída y el Rescate del Amor Novela

Capítulo 1988
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Capitulo 1988 “Yoencargo”.

Dijo él, rodeandole la cintura con sus brazos.

Alicia temblé sutilmente.

La mirada de él se oscurecié un poco mas.

Notando su intento de alejarse, Octaapreté mas fuerte su cintura, llevandola en brazos contra su pecho.

Alicia rodeé sus hombros con los brazos y, en medel vaivén, alcanzé a ver su rostro. Ain quedaba algo de su furia, pero parecia haber un atisbo de ternura que no solfa mostrar.

No sabia cémo una persona podia mostrar dos emociones tan diferentes al mismo tiempo.

Quizas estaba interpretando demasiado las cosas por su cuenta.

Pero habia experimentado tantas emociones esa noche que ahora se sentia tremendamente mal.

Al ver que Alicia no se resistia, Marco solo pudo seguirlos en silencio.

Al llegar al estacionamiento, el encargado de la estacién de coches inmediatamente trajo el coche de Octavio, abriendo las puertas con prontitud.

Alicia, que habia mantenido los ojos cerrados durante el camino, de pronto los abrié hablé con voz tenue: “Marco.” “Seforita,” “Levanty estaciona el coche para mi.” Octapausé su movimiento, bajando la mirada hacia ella. Alicia permanecia con expresién neutra, sin mirarlo.

Marco se acercé al lado de Octavio, extendiendo sus brazos para tomar a Alicia.

Pero Octano la solté.

En cambio, con ella en brazos, se dirigi6 hacia el auto que Marco habia traido.

y Alguien abrid la puerta del coche, y él la colocé en el interior, para después sentarse a su lado.

1/8 12:37 Capitulo 1988 Alicia fruncié el celigeramente y movid los labios, para al final solo acomodarse al lado, recostando la cabeza en la ventana y cerrando los ojos.

“Sr. Octavio, jy qué haremos con su coche?” “Deséchalo.” Los ojos cerrados de Alicia se movieron ligeramente.

Marco se quedé sorprendido durante un momento, mirando hacia el interior del coche, donde solo podia ver parte del cuerpo inmévil de Alicia.

“Eso es algo que se te da bien,” dijo Octacon indiferencia, tirando de la puerta del coche para cerrarla.

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Marco se quedé parado un par de segundos y luego sacé su teléfono para hacer una llamada.

Con pericia ordend que destrozaran un Maserati que estaba alli.

No dudé ni un segundo.

De todos modos, aquel coche ya no servia.

Al arrancar el coche, Octamiré de reojo a Alicia y la atrajo hacia él.

Ella, que ya tenia el cefruncido, se tensé atin mas, pero él la acercé a su pecho.

Ella hizo un pequemovimiento, una resistencia leve.

Octavio, sujetéandola firmemente, dijo con calma: “No eres de las que se complica la vida, jverdad? Esto es mas cémodo que estar incoémoda alli.” Alicia no volvié a resistirse.

Reinaba el silenen el recorrido hasta que el olor a desinfectante le llegé a ella. Abrié los ojos y se cuenta de que Octala llevaba en brazos hacia el hospital.

“No te muevas, creo que tienes fiebre,” dijo él, su voz sonando fria.

Alicia se enderezé en sus brazos. “Marco, quiero ia casa.” Marco parecia contrariado. “Seforita, esta enferma.” “iQué? ;Ahora tengo que rogarte?” Marco cambié de expresidn facial, apreté los labios y se adelantd, poniéndose frente a Octavio.

“Sr. Octavio, deje queencargue de la sefiorita, por favor.” 218 12:37 Capitulo 1988 Octase detuvo, bajando la mirada hacia ella. “;Estés segura de que quieres discutir conmigo ahora?” Alicia levanté la mirada y finalmente lo miré a los ojos.

“(En qué estas pensando? Si estoy discutiendo contigo, ipor qué crees que es? jPorque siempre estas ocupado ydescuidas, pero ayer tuviste tiempo de ir personalmente a buscar a Mireia y alejarla de la familia Valdiva? £0 porque insististe en que se sentara en el asiento del copiloto de tu coche para llevérsela? ;O tal vez es por la cena de esta noche, donde fuiste con ella como si fuera tu pareja? Oh, ;y también por el vestido que le escogiste y regalaste?” “Cuando crees que deberia elegir para montar un escandalo contigo? ;Hoy no es un buen dia, quizds mafiana, el mes que viene o el préximo afio? Por qué nodices cuando tienes un hueco en tu agenda y yoanoto para ver cuando es el mejor momento para armarte una escena?” Octafruncia los labios, mirdndola fijamente, sin que su tono de voz o su expresion facial cambiaran en lo mas minimo.

Pero sus ojos destilaban una sensacién de gracia e ironia.

Marco, parado enfrente, sabia en el fondo que Octasolo estaba priorizando la salud de la sefiorita en ese momento.

Pero demasiadas cosas habian sucedido en tan solo dos dias, tantos incidentes seguidos, que era comprensible si la seforita decidia perder los estribos.

(Pero acaso habia que elegir momento y lugar para enojarse? “No vas a decir nada? Entonces, cuando decidas cuando te viene bien,avisas para hacerte una escena.

Aunque pienses que ahora es un buen momento, no tengo energias. Oeste lugar, quiero ia casa.” Terminando de hablar, al ver que Octano reaccionaba, simplemente solté su cuello y se giré para salir de sus brazos.

Perdiendo el equilibrio, quedé mesuspendida en el aire, y mientras Octaparecia alterarse ligeramente, Marco la atrapé rapidamente.

Alicia pas6 sus brazos alrededor del cuello de Marco y dijo con indiferencia: “Vamos a casa.” Marco lanzé una mirada hacia Octamientras pasaba a su lado con Alicia en brazos.

Octase qued6 de pie por un rato y luego se gir6 para ver como él se llevaba a Alicia fuera del hospital.

3/8 12:37 Capitulo 1988 Después de acomodar a la mujer en el auto, Marco observé la imponente figura de Octaen la entrada del hospital y comenté con suavidad: “¢No te preocupa que esto pueda alejarlo... o mejor dicho, darle la oportunidad de librarse de ti?” Las pestafias de Alicia temblaron ligeramente antes de levantar la mirada, “;Librarse?” Ella esboz6 una sonrisa forzada, “Parece que todo el mundo sabe que soy yo la que no tiene vergiienza y lo acosa sin cesar.” Marco se cuenta de que habia dicho algo indebido y se disculpé con un “Lo siento...” “No es necesario.” Ella tomé la almohada que le pas6 Marco y la abrazé. “La realidad es asi y noparece mal. Si él quiere irse, que se vaya. Si realmente quisiera alejarse, ni rogandole de rodillas lo retendria. Ademas, jamas lo haria.” Marco asinti6 levemente, “Lo importante es que tu lo tengas claro.” Antes de subirse al auto, Marco habfa llamado a un médico para que los visitara en la mansion.

A Alicia nunca le gustd ver a los doctores ni ir a los hospitales, pero ahora que estaba volviendo a la mansion, probablemente habrfa otro tipo de problemas.

Pensando en lo ocurrido esa noche, se tenia miedo de que no seria facil para nadie.

No pasé mucho tiempo antes de que Marco notara un taxi que los seguia.

Hasta llegar a la tranquila zona residencial, el taxi no se despegé de ellos.

El auto se detuvo frente a la casa y quien bajé a Alicia no fue otro que Octavio, que habia salido del taxi que los segufa.

El aroma familiar hizo que Alicia frunciera el cey levantara la mirada para encontrarse con ese rostro conocido. Luego, cerrd los ojos nuevamente.

La voz baja de Octareson, “;Ya despertaste?” Apoyada en él, con los ojos cansadamente cerrados, su voz son6 débil, “Figurate, cuando necesito que estés no apareces, y cuando menos te quiero ver, pareces un fantasma pegajoso.” Qué fastidio.

Octapermanecid en silenmientras la llevaba al salén de la familia Valdiva.

Alicia se obligé a abrir los ojos, encontrandose con un ambiente tenso en el salén.

4/8 12:37 Capitulo 1988 Pero su expresiéon cambié al ver al médico esperando al costado.

“iQuién te ha llamado?” El médico sonrié un poco incémodo.

La situacién del médico familiar también era complicada. Durante afos, la sefiorita nunca le habia dado una bienvenida célida, siempre lo trataba como a un enemigo.

Gracias a que la familia Valdiva la cuidaba bien y raramente se enfermaba, no tenia que lidiar con ella a menudo, pero incluso asi era suficiente para sofocarlo.

“Voy a llevarla arriba.” Antes de subir, observé detenidamente al médico, quien de inmediato entendié y siguié con su maletin médico.

Cuando Alicia fue colocada en la cama, miré al médico que venia detréas con el cefruncido, “;Quién te ha dejado entrar? jLargate!” El médico se sinti6 bastante incémodo.

“Seforita, el sefior Octaesta enojado y preocupado por usted. Déjrevisarla, intentaré no ponerle inyecciones...” Al escuchar esto, Octadebié haber comprendido por qué Alicia estaba tan alterada.

Resulta que le tenia miedo a las agujas.

Su expresion tensa se relajé un poco.

“Deja que él te revise primero, quizas ahora no sea necesapincharte, pero si lo dejas pasar, puede que no sea lo mismo después.” “Claro sefiorita, el Sr. Octatiene razén, no se puede esconder la enfermedad y tener miedo al médico, no se debe postergar.” Alicia no se dejé convencer, “Ahora solo quiero dormir, jes que no entiendes o nohe expresado claramente? Y td, sal de aqui.” Luego fijé su mirada en Octavio.

“Si no quieres verme, deja que el doctor te atienda y en cuanto termines, desapareceré de tu vista. ;O es que en realidad no quieres quevaya?” Alicia solté una risa fria, “Aunque sé que esto es para provocarme, ahora mismo si que caes mal.” Miré al médico, “Adelante, y cuando termines, desaparece de mi vista.” Con la fiebre y el susto, el estado de Alicia no era el mejor.

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Pero al final el médico solo le receté unas medicinas y después de dar instrucciones para bajar la temperatura con métodos fisicos, Octale pidié que también atendiera la herida en el talén de Alicia antes de irse.

Alicia estaba sentada al borde de la cama, mirando friamente a Octaparado junto a ella.

“Octavio, ;qué, te has vuelto adicto a ser pesado?” “No es un privileexclusivo tuyo.” Alicia se detuvo dos segundos y luego bajé de la cama sin expresién alguna.

Octala detuvo, “;Qué estas haciendo?” “Admito que te he estado molestando, pero ;acaso te impediria bafarte?” “No puedes bafarte ahora.” Alicia lo miré por un momento y luego bajé la mirada a su provestido suy desordenado.

“iNo puedo bafiarme?” Levanté la mirada y lo observé con sarcasmo, “;Quieres que siempre recuerde que llevo el aroma de otro hombre encima?” La mano de Octaque sostenia la de ella perdié fuerza instantaneamente y su voz soné sombria y ronca, “El no te tocé.” “iQuién lo dice? ;No crees que conoces su caracter mejor que nadie, aparte de mi? ;Crees que él podria no tocarme? Claro quetocé...” La mano de Octaque sujetaba su brazo se apretaba cada vez mas y sus ojos estrechos se clavaban en ella, “No lo hizo, céllate...” Alicia sintié que hoy era su dia de sufrimiento, todos los dolores se concentraban en este dia.

Dolor por todas partes.

Dolor de cabeza, dolor en el brazo, dolor en el pie, dolor en el corazon...

“Estaba sola con él en una habitacion, jcrees que sabes mas que yo? Octavio, éltoc6,empujé sobre la cama, sujetd mis hombros y empez6 a rasgar mi ropa...” Recordando la situacién, la voz de Alicia temblaba, “Y queria besarme...” Era como si hubiese una cuerda tensa en el aire, rota bruscamente por una fuerza invisible.

Alicia solo sintié que el brazo que el hombre sostenfa parecia estar a punto de ser cortado.

La impotencia y el miedo de aquel momento ahora volvian a su mente, y el dolor fisico actual, ;qué significaba en comparacién? “iNo sabes lo repugnante que es, o es que todos los hombres son asi, se excitan con cualquier mujer?” “iCallate!” La voz baja de Octacorté el aire al instante, sonando como si estuviera cargada de dolor y furia.

Alicia se quedé aténita por un momento y en el siguiente, un dolor agudo le recorrié el brazo mientras era casi arrastrada al bade la habitacién.

Aun sin haberse puesto de pie, el agua de la ducha de repente cayd sobre ella, se ahogé en su respiracion, sin poder reaccionar, un sonido de desgarro resoné en el bafio.

Octahabia rasgado su vestido en dos, deslizéndolo fuera de su cuerpo.

“jOctavio, qué estas haciendo?” Ella grit6, cubriéndose el frente en terror.

Octaestaba parado junto a ella, casi completamente mojado también.

El cabello pegado a la frente, su rostro llevaba una locura oscura y violenta en los ojos, como si escondieran dos cuchillos afilados, listos para desgarrar a alguien.

Alicia sintié un escalofrio, recordando el momento en que él habia pateado la puerta del baen la mansién del hotel esa noche.

En ese momento él estaba alli, tan imponente como siempre, pero parecia estar conteniendo la ferocidad que llevaba dentro, de pie frente a ella. Con calma, se quité la chaqueta del traje y la arrojé a un lado, mientras la miraba fijamente con ojos profundos.

Ella retrocedié horrorizada, pero de pronto él la sujeté por los hombros y la presioné contra la pared detras de ella, sin ninguna delicadeza ni consideracion.

Dios sabia cuan aterradora era la presencia que emanaba de él, y mucho menos para ella que estaba tan cerca de su persona.

“iDénde te bes?” Octase acercé a ella, sus oscuros ojos entremezclados con visibles rastros de sangre.

Su voz grave llevaba un peligro extremo, como si en cualquier momento fuera a desgarrarla en pedazos.

Alicia, asustada, negaba con la cabeza, “No, él no... no hizo nada...” De repente, su peso cayd sobre ella y su cuerpo se presioné contra el suyo, casi empotrando a Alicia en la pared.