We will always try to update and open chapters as soon as possible every day. Thank you very much, readers, for always following the website!

La Caída y el Rescate del Amor Novela

Capítulo 1987
  • Background
    Font family
    Font size
    Line hieght
    Full frame
    No line breaks
  • Next Chapter

Capitulo 1987 Mireia aun no habia regresado al salén de fiestas cuando se le acercé un grupo de personas.

Se quedé parada en su lugar, con el rostro lleno tanto de panico que le resultaba imposible ocultarlo.

A la fiesta se habfa invitado a varios medios de comunicacién de renombre en el sector, La subasta de guiones, a quién iria a parar cada uno de los guiones de calidad era algo que naturalmente necesitaba de los medios para crear expectacion, calentar a los fanaticos y al futuro consumidor.

En estos temas que necesitaban calentarse, nunca faltarian medios de entretenimiento.

Ella, algo nerviosa, se arreglaba su vestido y su cabello desordenado.

Se movi6 hacia un lado, intentando ceder el paso como si nada hubiese pasado.

“Lo que acabas de decir es cierto? ;No te has equivocado?” El que iba al frente era un joven vestido de camarero, seguido al parecer por un grupo de periodistas.

Le preguntaban al camarero con cierta emocién.

El rostro del camarero mostraba dificultad, pero aun asi dijo: “Noequivoqué, vi que era una mujer que estaba todo el tiempo con el Sr. Arriaga la que lo ayudé a irse...” “El sefior que vino con esa seforita lo esta buscando en este momento...” “Vi que el Sr. Arriaga no se sentia bien esta noche, espero que no le pase nada malo...” Se acercaban cada vez mas, y al escuchar las palabras gayi camarero, el rostro ya nervioso de Mireia se torné ain mas palido. Bajo la cabeza intencionalmente, tratando de reducir su presencia para evitar a la multitud.

Pero el camarero que iba adelante la primero, su rostro cambié por un momento y luego fruncié el cefio.

(Era que no habia logrado su cometido? £0 fue que habia llegado demasiado tarde? “Seforita... (se encuentra usted bien?” Mireia sabia que habia sido reconocida, y con un rostro pélido negé con la cabeza, su mirada esquiva.

“No... no pasa nada... ;qué sucede?” El camarero mostré una sombra de arrepentimiento en su rostro, “Nada, el sefior que vino con usted la ha estado buscando, y justo vi que usted se iba con el Sr. Arriaga,preocupé un poco y vine a ver.” Mireia estaba tan nerviosa que no podia enfocarse en ser racional, y ante esa respuesta obviamente llena de huecos, no reaccioné. En cambio, solo le las gracias y se llevé una mano al cabello detras de la oreja.

Con una voz deliberadamente suprimida, susurré: “Estoy bien.” “Ah, entonces esta bien.” Justo cuando el camarero terminé de hablar, la figura de Octaentrar rapidamente por la puerta principal.

Al ver la espalda de Mireia, Octay el camarero cruzaron miradas por un breve segundo en el aire.

Y en ese segundo, el rostro de Octase volvié sombrio.

Habifa fallado.

Los periodistas, que olfateaban algo sospechoso, se sintieron atin mas decepcionados. “Mireia.” Una voz indiferente y baja soné detras de ella, y Mireia se giré bruscamente, viendo a Octavio, sus ojos se llenaron de lagrimas al instante.

“Tavito.” Lo llamé por su nombre y corrié tambaleante hacia los brazos de Octavio.

Los periodistas que justo se iban a ir, al ver esta escena, también se detuvieron.

Octaentrecerrd ligeramente los ojos.

Empujé a Mireia lejos de su abrazo y retrocedié discretamente.

Mirandola, preguntd: “;Qué estd pasando? ;Quién te molest6?” Si no habia sido atrapada in fraganti, entonces ahora, también era un buen momento.

Pero Mireia primero se sorprendid y luego desvi6 la mirada.

“No... no es nada.” Una sombra fria cruzé los ojos de Octavio.

Y en un instante, se habfa ido.

“Si no es nada, entonces regresemos al salén de fiestas. La subasta de guiones debe ser algo que estas esperando,” Sin embargo, Mireia de repente negé con la cabeza, “No hace falta, la subasta de guiones no tiene nada que ver conmigo, Tavito,siento un poco mal, quiero que volvamos.” Octala mird en silenpor unos segundos, y finalmente asintid.

“Entonces volvamos.” Mireia suspird aliviada en secreto y rapidamente se agarré del brazo de Octavio.

Al pasar por el vestibulo del hotel, ella miré hacia el corredor de al lado, se mordi6 el lay apreté mas fuerte la mano que tenia en el brazo del hombre.

Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt

Octala mird de reojo, “;Qué esta pasando?” Mireia forzé una sonrisa, “No pasa nada.” El plan se habia ido al traste por completo, pero desde un principio, el haberse aprovechado de ella habia estado mal por parte de Octavio. Con paciencia, decidié6 acompafarla durante el resto de la noche.

Mireia bajo la mirada y su corazén latia fuertemente por la decisién que habia tomado.

Sentia verglenza, culpa y miedo.

Si después la familia Valdivia se enteraba de que ella habia dejado atras a Alicia a propésito, incluso sin informar, probablemente querrian hacerla pedazos.

Pero en ese momento, aquel instante en el que decidié destruirla completamente habia superado su miedo.

La familia Valdivia no irfa tan lejos como para matarla, pero la vida de Alicia ya estaba arruinada. La princesa de la Ciudad P cargaria con la deshonra, seria cuestionada y lo mas importante, Octaya no la querria. Y aunque él quisiera, con su personalidad, jamas volveria a estar con él.

A Mireia no le importaba mucho el renombre y la posicién de la sefiorita de la familia Valdivia en la Ciudad P, pero tenerlo tampoco era algo malo.

Durante anos, habia estado bajo la sombra de Alicia y ya estaba harta.

Ademas, solo habia elegido no salvarla entre salvar o no salvar.

Ellas siempre se habian visto con desprecio, no tenia la obligacion de rescatarla.

Con tal de que Alicia estuviera completamente destruida...

Mientras Mireia se inquietaba pensando en el futuro, de repente una figura apresurada irrumpié por la puerta, casi chocandose con ella.

“Lo siento.” La persona se disculpé rapidamente y se hizo a un lado para seguir caminando, pero alguien le agarrd el brazo.

“Marco.” El hombre, recobrando la compostura, miré a Octay fruncié el ceinmediatamente. Sin embargo, Octacontinud: “;Dénde se encuentra Alicia?” Marco retird su brazo con frialdad y con una expresién distante.

“La estoy buscando.” Dicho esto, se dirigi6 directamente a la recepcion del hotel.

Mireia, cada vez mas nerviosa, apuré: “Tavito, vdmonos.” Octano se movid, sino que observé la cara de Mireia por un buen rato.

“Tavito...” Entrecerrando los ojos, Octaaparté su mano y se volvié a adentrar en el vestibulo.

Mireia tambaled.

Se quedé parada sin saber qué hacer.

Marco preguntd en la recepcidn, “;Notaron a una mujer descansando en el rea de reposo?” La recepcionista parecia sentirse un poco inquieta y miré hacia donde estaba Mireia en la puerta.

Luego, con cierta duda, dijo: “Si, la vi dirigirse hacia alla...” Sefald el pasillo donde habia ocurrido la discusién y afadié con cuidado: “Después de eso, no la vi salir...” Al escuchar esto, la expresién de Marco cambid drasticamente y rapidamente se dirigié hacia el pasillo.

No habia dado muchos pasos cuando encontré un zapato de tacén frente a la puerta de una habitacién.

El siempre sosegado Octavio, al ver ese par de zapatos, cambié su expresion impasible por una de impacto, y sus ojos se estrecharon stbitamente.

Mientras Marco se agachaba para recoger el zapato, se acercé a la puerta y sin dudar, pated la pesada puerta para abrirla.

Un fuerte olor a alcohol invadi6 el lugar.

La habitacion estaba hecha un desastre.

La estanteria de vinos, el minibar, el mueble del televisor, el sofa, ninguno estaba en su lugar.

La cama estaba aun peor, la sabana blanca tenia manchas de un rojo vivo.

No habia nadie.

La mirada de Octafinalmente se posé en la puerta del bafio.

Israel estaba apoyado en la entrada, con sangre goteando de su cabeza, mirdandolo con cierto descontento.

“iQuién te dejo entrar? jLargate, no arruines mi diversion!” Octase acercé rapidamente y levant6 a Israel de un tirén.

“iA qué diversion te refieres?” “iA la mujer que tengo ahi dentro! Tiene un caracter fuerte, pero la voy a hacer claudicar...” Al escuchar esas palabras tan vulgares, como si encendieran la mecha de un explosivo, la razén de Octaestallé.

Lo empujé contra la puerta del bacon todas sus fuerzas.

Con un pufetazo...

Israel cayé al suelo.

El cristal templado opaco se fracturé bajo su peso.

Israel emiti6 un grito desgarrador.

La multitud que llegé quedé sorprendida ante la escena. El pasillo y la habitacién, por un momento, cayeron en un silensepulcral.

Alicia se encontraba acurrucada en una esquina del bafio, abrazandose a si misma. Su vestido estaba arrugado y manchado con algunas gotas de sangre y marcas de vino tinto. Su cabello, que antes lucia hermoso y suave, ahora estaba enredado y cubria la mayor parte de su rostro palido.

Tenia una expresién de miedo y la miraba fijamente, con los ojos muy abiertos.

Octala observaba desde su lugar, viendo en sus ojos el temor y la extrafieza que le tenia. A medida que se acercaba, Alicia retrocedia hasta quedar pegada a la pared, sin opcién de seguir huyendo.

Nunca habfa visto esa faceta de Octavio.

Era educado, distante, frio, impasible y racional...

Pero nunca habia mostrado el rostro que lucia en este momento.

No quedaba rastro de su educacién o indiferencia; en cambio, su cuerpo exudaba una intensa ferocidad y brutalidad...

“No tengas miedo”, dijo con una voz ronca que vibraba en su pecho y oidos.

Alicia parpaded y lo levantar la mano para retirar el cabello de su rostro, su palma presionando su mejilla y oreja.

“¢Te han estado molestando?” Alicia se detuvo un momento y eché un vistazo hacia las personas que se agolpaban afuera para tomar fotos.

“¢Has sido molestada?” Octase qued6 quieto y la presién de su mano en su rostro aumento por un instante.

Alicia aparté su mano, “;Parece que nohan molestado?” Miré hacia abajo donde Israel yacia en el suelo, gimiendo sin voz, y dijo claramente: “El, intenté abusar de mi.” Cada una de las palabras era cristalina y penetrante.

Octala miré casi conmocionado.

Después de un breve silencio, el ruido volvié a estallar a su alrededor, con camaras y teléfonos grabandolos frenéticamente.

Octavio, de espaldas a la puerta, tardé un rato en hablar: “Marco, llévatela de aqui primero.” Marco salié de su asombro y rapidamente se acerco a ella, Habia vidrios rotos por el suelo, pero sin dudarlo, Marco levanté a Alicia, quien estaba descalza.

Octaentrecerrd los ojos y, tras echar un vistazo a Marco, se hizo a un lado para dejarles pasar La gente se aparté automaticamente para abrirles paso.

Cuando Marco y Alicia llegaron a la entrada, vieron a Mireia parada en el pasillo, sin atreverse a acercarse.

“Bajame", le pidid Alicia.

Marco no entendia, pero su tono no admitia réplica.

Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm

La bajo, afortunadamente el pasillo estaba alfombrado, Mirela estaba pélida y pegada a la pared. Al ver a Alicia de pie, desalifiada pero atin con la actitud arrogante de una nifia rica, se quedd inmoévil.

Alicia se detuvo a su lado y la miré en silencio, Mireia también la miraba, con la mirada insegura, “Lo siento.” Ella levanté las manos y le a Mireia dos fuertes bofetadas.

El ardor en su rostro era muy intenso, pero esta vez, Mireia no reacciond, ni siquiera mostré la expresion de repulsién y enojo que solia tener ante Alicia.

“Si tuviste el coraje de hacerlo, no deberias arrepentirte ahora”, dijo Alicia friamente. “Pensar que elegi salvartehace querer dados bofetadas a mi misma.meti en asuntos que no eran mi problema y casicuesta caro.” Mireia no pudo mantener la compostura frente a Alicia, hoy no estaba a la altura de las circunstancias.

Sin defensa.

Marco escuchaba y parecia entender algo mas.

La mirada que le dirigia a Mireia se volvié mas afilada.

De repente, desde la habitacién detras de ellos, se escuchd otro grito prolongado.

Era la voz de Israel, La gente alrededor inhal6 aire frio.

La expresién de Alicia se congeldé por un momento, sus ojos parpadearon y sus labios se apretaron incomodamente.

Pero los gritos de Israel seguian llegando, perforando los oidos de Alicia, quien temblaba ligeramente y cerraba sus pufios frente a ella.

Marco, notando su tension, dijo en voz baja: “Seforita, vdmonos de aqui.” Alguien entre la multitud murmurd, “Lo van a matar.” Esa frase hizo que el rostro palido y rigido de Alicia cambiara, los guardias de seguridad del hotel comenzaron a aparecer uno tras otro en el vestibulo.

“Ya fue suficiente, Octavio”, grufié ella en voz baja.

El sonido de cuerpos chocando detras de ella se detuvo de repente, como si alguien hubiera presionado el botén de pausa.

Octasalié lentamente del cuarto, con una expresion en el rostro tan gélida que aterrorizaba, y una ferocidad en su mirada que hacia que todos a su alrededor se apartaran rapidamente.

Mientras caminaba, se acomodaba el traje arrugado, enderezaba la corbata, abotonaba su camisa, alisaba los pliegues de sus mangas y luego se acercé a Alicia, conteniendo al maximo su violencia inherente.

A pesar de eso, él todavia podia ver cémo las pestafas de la mujer temblaban ligeramente, y su cuerpo se movia instintivamente un poco hacia un lado.

Sus ojos se oscurecieron ain mas.

Pero dirigi6 su mirada hacia Mireia.

“iAsi que ya sabias que ella estaba en la habitacién de Israel, verdad?” El cuerpo de Mireia de repente tembld, incluso sus mejillas, que Alicia habia dejado rojas de una bofetada, ahora habian perdido todo su color.

“Yo... no lo sabia“.

Ella solo habia estado apostandolo todo.

Si Alicia se arruinaba y enfrentaba la ira de Octavio, ella pensaba que valia la pena.

Pero ahora, no sabia qué hacer...

Solo de pensar en como habia estado él, le daba escalofrios.

Alicia miré a Mireia con una sonrisa gélida repentinamente, y luego se gir6 hacia Marco.

“Véamonos a casa“.

Marco se inclin, queriendo alzarla, pero una mano se interpuso delante de él.

Entonces, resond la voz de Octavio, todavia fria, pero tensa y ronca.

“Yoencargo”.